sábado, 11 de agosto de 2012

Una bomba de humo en el Sahara Occidental


Hamdi Etarfaoui, pro-saharaui y crítico del gobierno de Mohammed VI, ha sido encontrado estrangulado y descuartizado tras ser visto ¨bebiendo y conversando con su asesino¨. Esta es la versión que las autoridades marroquíes ofrecieron de la desaparición y posterior muerte del joven activista pro-saharui. Desaparecido tras una cena con miembros de la prefectura marroquí, el joven Hamdi era también conocido por su lucha contra la represión policial que Marruecos ejerce sobre el territorio controlado.
De esta noticia informaba el Parlamento Europeo en su página web a modo de denuncia e instando a la Comisión a activar mecanismos de presión sobre Marruecos a fin de que éste cese su persecución sobre el pueblo saharaui. Parece que por fin los organismos occidentales deciden abrir los ojos ante la acción marroquí sobre el pueblo saharaui.

Sin duda podemos identificar la historia de Etarfaroui con la del pueblo saharaui. Ambos son organismos vivos que luchan contra la opresión que Marruecos ejerce sobre ellos. A pesar de que todos los organismos internacionales fallen, como las Naciones Unidas, que Marruecos ocupe las dos terceras partes de su territorio y a pesar de tener que sobrevivir en campos de refugiados el pueblo saharaui persiste en su lucha. Lucha por su hogar y por su tierra y del mismo modo que Etarfaroui está dispuesto a dar la vida por ello. Gracias a la ayuda de Argelia, del Frente Polisario y en menor medida de Mauritania, el sueño de un Sahara Occidental libre sigue vivo.

¿Cuánto valen nuestros ideales?


No se puede decir lo mismo de la contribución de Occidente. En lugar de legitimar las reglas del juego que ellos mismos apoyaron, la autodeterminación de los pueblos, han decidido zancadillear el espíritu saharaui. Cuando un pueblo tan poco desarrollado reclama la protección de los derechos humanos y de autodeterminación y ve cómo los países desarrollados le vuelven la espalda me surge una pregunta ¿cuál es el verdadero país democrático? Para mí sería aquel que no vendiese sus valores por recursos energéticos o apoyo ideológico.

Sin duda mi opinión no es la de un experto en la materia por ello tiendo a simplificar un tema que no me parece tan complicado. Tal vez sea complicado asumir la realidad y llevar a cabo las medidas que ella implica pero no su comprensión. Tras el proceso de descolonización y el abandono de España en 1975 del Sahara Occidental Marruecos reclama su legitimidad sobre el territorio argumentando lazos históricos. Tras entrar en numerosas disputas con la población saharaui las Naciones Unidas determinan que a pesar de que existan dichos lazos ninguno es de soberanía por lo que el pueblo saharaui tiene derecho a su propia determinación.

El papel de las potencias occidentales


Hasta ese momento se podría concluir que es un proceso de descolonización común en el que la ONU debió mantenerse firme para garantizar la independencia del territorio. El problema radica en la importancia que tiene Marruecos para las potencias occidentales.

Para Europa se antoja como una pieza clave para el control de la inmigración. Marruecos es un país de tránsito para africanos que buscan emigrar a Europa. Concretamente, España y Francia son los que más interés tienen por el pasado colonial y la cercanía fronteriza.

En el caso de Estados Unidos comenzó como una garantía de la democracia en África, aunque fuera falsa, y ha derivado en intereses energéticos. En lo que ambos coinciden es en el interés en ganarse el apoyo de los gobiernos de la zona para que ejerzan su control sobre el terrorismo de la zona.
Tras tantos intereses es difícil recordar el objetivo de abanderar la democracia, los derechos humanos y la libre autodeterminación de los pueblos. Ya no importa de quién se la razón sino quién puede darte más a cambio de ella.

El sentimiento del pueblo saharaui


Como afirma Javier Bardem cuando habla de su película Hijos de las nubes, en la que se habla del conflicto del Sahara Occidental, ¨todos los protagonistas habitan una eterna frustración… excepto Marruecos¨. Y es que así es cómo podría describirse el sentir de muchos saharauis. Se sienten frustrados porque saben que la verdad los avala mientras ven cómo las grandes potencias no hacen nada ante una más que evidente invasión marroquí. Un conflicto tan duradero como el del Sahara Occidental ha ido calando en la sociedad saharaui creándoles un complejo de aislacionismo y guerra eterna. Tras más de tres décadas en estado de guerra, sigue sorprendiendo el empeño de guerra para recuperar lo que es suyo, su patria, su tierra y su hogar.

Un lobo con piel de cordero


Sin ninguna duda el gran beneficiado de todo este conflicto es Marruecos. Hay que reconocerle que ha sabido disfrazarse siempre de lo que más le convenía para lograr sus intereses. A la hora de ganarse el favor de Estados Unidos supo crear una ilusión de democracia sin a la vez perder las relaciones con la Unión Soviética. Con España y Europa, ha sabido vender su posición estratégica para lograr todos sus intereses. Pero sin duda su gran conquista es la de estar llevando a cabo el proyecto expansionista del Gran Marruecos.
Creo que cuando invadieron el Sahara Occidental ni siquiera ellos esperaban conseguir tanto como lo han hecho. Gracias a que han jugado tan bien sus bazas ahora occidente les permite hacer prácticamente lo que se les antoje. Reciben ayudas, tienen un régimen totalitario, oprimen al pueblo saharaui… todo ello sin consecuencia alguna. Incluso se atreven a invadir territorio español pensando que hasta a lo mejor se lo permitíamos y que si no España no se atrevería a tomar represalias.

Los tres monos de Occidente


Como creo que se ha notado durante todo este ensayo para mí la culpa recae mayoritariamente en Occidente. Todos los intereses anteriormente comentados sirven como anuladores del sentido común que debiera tener cualquier democracia. Lo extraño es que parece una espiral que nos consume a todos. A pesar de ser un conflicto tan actual y denunciable, los medios de comunicación y la sociedad han optado por no denunciar prácticamente la situación. Tímidamente aparecen noticias, como la de Haidar en el aeropuerto de Lanzarote, pero realmente a nadie parece importarle esta situación. Nos vanagloriamos tanto en nuestra propia justicia y capacidad que somos incapaces de valorar los problemas de otros pueblos. Jamás hemos tomado en serio los conflictos entre africanos. Tiene todo un toque tan racista y despectivo que me hace cuestionarme mi fe en el sistema. Total como son sólo incivilizados tribales en disputas que sólo les conciernen a ellos no nos importan. Eso sí, no dudamos en venderles armamento y apoyarles para que sus guerras sean aún más cruentas y podamos lucrarnos con ellas. Si para disfrutar de los preciados diamantes y el coltán tenemos que dejar que se violen los derechos humanos pues lo permitimos. El capitalismo y las grandes potencias seguiremos creciendo aupados en los hombros de los países menos desarrollados.

Por ello creo que con lo que deberíamos acabar es con los tres monos. No oír, no ver y no hablar. Como ciudadanos y periodistas de una sociedad democrática nuestra obligación es ver la injusticia y las vejaciones hacia el pueblo saharaui, escuchas sus testimonios y sus argumentos y sobre todo no callarnos para ejercer presión y poder creernos las leyes que nosotros mismos hemos puesto.

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