miércoles, 9 de octubre de 2013

World Press Photo: reporterismo a través de un objetivo


 Un color destaca sobre el resto. Podríamos hablar de la sangre ocre y seca que le cubre la cara, o del blanco impoluto de la venda que le cubre la cabeza. Sin embargo, el oliva captura la imagen y atrapa la atención del espectador. Los imponentes ojos de Aída, empañados por las lágrimas tras el bombardeo sufrido en su casa en Siria, delatan el sufrimiento de su pueblo. Su mano, cubriéndose la boca en una expresión de puro terror, es consecuencia de las graves heridas que han sufrido su marido y su hijo, aunque, por suerte, esta vez no les ha costado la vida.

La tragedia de Aída es sólo una más, por decirlo de alguna forma, de las historias que podemos encontrar en la exposición World Press Photo que desde el 12 de septiembre, y hasta el 13 de octubre, se celebra en el Círculo de Bellas Artes de Madrid. La Sala Goya acoge los mejores trabajos del mundo en fotoperiodismo de 2012 en una muestra que refleja temas que van desde el conflicto sirio hasta la homosexualidad en Asia.

Premio 2012

La foto premiada conduce al espectador a través de tres niveles. Lo primero que capta la atención del espectador es el gesto de un hombre palestino. Su expresión, entre contrariada y furiosa, no denota tristeza alguna. En contraposición, un hombre a su izquierda, y en primer plano, rompe a llorar. Es en ese momento cuando el espectador se da cuenta de lo que ambos llevan en brazos. Suhaib Hijazi y su hermano mayor Muhammad, de dos y cuatro años de edad respectivamente, encarnan la más profunda calma envueltos en unos sudarios blancos. Ambos han muerto como resultado de un bombardeo israelí. Los hombres que los transportan son sus tíos, y el gentío indignado que los sigue son el pueblo palestino clamando venganza.

Deporte libre, deporte enjaulado
Hay una imagen que parece atropellar al público. En ella, dos toros de tiro llevan en volandas a un granjero que, entre extenuado y satisfecho, atraviesa la línea de meta en una curiosa carrera que se celebra en Batu Sangkar, Sumatra. La fuerza y el ímpetu la ponen los musculosos animales, el movimiento las gotas de agua que salen despedidas por la velocidad y la emoción el rostro del jinete.

Frente a esta tradición de más de 400 años de antigüedad nos encontramos con otra fotografía que refleja completamente lo contrario. Si la primera transmitía fuerza y libertad ésta sin duda frustración y coraje. Diez mujeres somalís cumplen su sueño, jugar al baloncesto. Lo hacen bajo la atenta mirada de un guardia armado contratado por el Gobierno no para reprimir a las deportistas sino para defenderlas de la organización terrorista al-Qaeda que considera este hecho anti islámico. Para lograrlo, deben ocultar su equipación deportiva bajo una ropa tradicional hasta llegar a la cancha y esconder los balones en el fondo de sus bolsos.

Violencia y amor 

Rana, una pequeña iraní de tres años de edad besa tiernamente a su madre. Somayeh Mehri de 29 años explica que el cariño mutuo es lo único que les queda después del brutal ataque que recibió de su ex marido, Amir. Cansada de los malos tratos a los que era sometida por su pareja, Somayeh decidió divorciarse. Éste juró que si no era él, nadie más volvería a quererla y llevó a cabo su funesta amenaza al verter sobre ambas un ácido que causó gravísimas quemaduras en sus rostros y torsos. Con lo que no contaba Amir es con que, a pesar de la desgracia, siempre se tendrían la una a la otra.


A su lado, una colección de fotos de Fausto Podavini aboga por el amor incondicional. En ellas, Mirella, cuida de su marido Luigi con el que lleva casada 40 años y que desde hace seis padece Alzheimer. Casi no puede dormir, ha perdido toda relación social, pero, aun así, entregará hasta el último de sus días por el amor de su vida.


World Press Photo 2012 Composition from Alberto Muñoz González on Vimeo.

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