lunes, 16 de abril de 2012

¨Quizás peque de clasista pero...

…un carpintero siempre será más fácil de manipular que un arquitecto, a pesar de que ambos trabajen en la construcción¨

La ponencia de este pasado lunes 26 de marzo fue llevada a cabo por Carlos Toro, periodista y compositor además de escritor de libros deportivos. La que a priori se presentaba como más distendida, por la suavidad de la temática musical y deportiva, será recordada como la más polémica hasta la fecha. Tras una breve presentación llegó el turno de las preguntas. Aunque en un primer momento fueron bastante tópicas, las respuestas que dejó el ponente suscitaron otras de mayor controversia. Según iba realizando declaraciones e hilando vivencias quedaron demostradas dos cosas: el salto de generación y el choque de opiniones con los alumnos. Destacaron dos temas importantes, el fútbol y la cultura tocándose brevemente la situación del periodismo actual.

En primer lugar habló de cómo pudo combinar sus dos grandes amores, el periodismo y la música. Ha realizado colaboraciones con Marta Sánchez, entre otros artistas de renombre, y compuso la cabecera de la serie televisiva ¨Campeones¨. En este momento comentó su afiliación a la SGAE y su relación con el polémico Teddy Bautista. Defendió en todo momento tanto la actividad de esta asociación supuestamente no lucrativa como la gestión del anterior director. Sin entrar en esas polémicas que ya dirimirá la justicia española, le preguntamos si no consideraba excesivamente cara la cultura en un periodo de crisis tan acuciante. Se defendió con un discurso que chirrió un poco a demagogia al asegurar que por ejemplo ¨un disco de música aunque cueste 20 euros te acompañará toda la vida y hará despertar en ti sentimientos especiales¨.

Además de realizar una serie de regates muy precisos en el tema deportivo y de atacar a ciertos a ¨ciertos programas¨, en alusión a ¨Punto Pelota¨, fue especialmente interesante su visión de internet. Declaró que ¨Internet es el futuro, pero aún nos resistimos¨ en una clara muestra de la necesidad de cambio de ciclo en la gestión de la empresa informativa. A pesar de la melancolía de nuestro ponente con respecto al papel, lo cierto es que el periodismo necesita adaptarse a unos vientos de cambio que ya vienen de lejos.

En ningún momento mi intención es poner en duda la gran calidad periodística y reputación de Carlos Toro. Lo que sí me hizo entender esta ponencia es que con el rápido progreso que han sufrido las comunicaciones aún hay personas que se han resistido a este cambio. Se aferran al papel, desconfían de internet y defienden todo aquello que no es electrónico. Mi conclusión tras esta ponencia es que si el periodismo quiere avanzar con los nuevos tiempos es necesario un cambio de ciclo que traiga un soplo de aire fresco a una profesión que ahora se me antoja enralecida.

¨La corrupción me dará y me dará de comer mucho tiempo¨

¨La experiencia se valora pero no se ve reflejada en el salario¨. ¨Bajo el sobrenombre de beca te hacen trabajar gratis¨.

La ponencia de esta semana ha sido llevada a cabo por Carlos Campos, periodista de la agencia Servimedia y reciente ganador del premio Larra. El ex alumno de Villanueva nos presenta su exitosa y rápida carrera de un modo ameno y sincero dando las pautas a los futuros periodistas para no desanimarse y pelear por salvar un oficio venido a menos en los últimos tiempos.

Desde el primer momento se vio que la ponencia no iba a ser como las anteriores. No se trataba sólo de un gran profesional que contaba sus vivencias personales sino que los alumnos pudimos sentirnos identificados con él por su pasado en la universidad. Nos es muy común pensar que aquellos que logran el éxito deben ser superhombres o extraterrestres, pero cuando vemos que alguien que ha recorrido el camino en el que estamos lo ha logrado se nos llena el pecho de esperanza e ilusión. Una de las ideas que más dieron que pensar fue la de la especialización. La mayoría de los que estudiamos Periodismo esperamos acabar tocando todos los palos de la profesión al mismo tiempo. Pero no es así. Querer abarcar todos los ámbitos de un oficio en el que se engloba el conocimiento general viene demasiado grande a cualquiera. Debemos darnos cuenta de cuáles son nuestros puntos fuertes para potenciarlos y a la vez concretarlos en aquello que demande el sector.

Otra de las ideas que más calaron en los asistentes fue la importancia de la ética y el respeto. Respetar la profesión es la clave para que se reconozca nuestro trabajo. En este punto insistió en la importancia de la adquisición de fuentes para el periodista y cómo cultivarlas desde un punto de vista ético. A las fuentes hay que conseguirlas de un modo respetuoso y no como algunos malos periodistas que ¨sacan fuentes invitando a copas en prostíbulos con el dinero del medio¨. Como trabajador de agencia también nos pidió que valorásemos su trabajo aunque considere a sus periodistas ¨prostitutas de la profesión¨. La información que redactan estos profesionales suele no ser respetada copiándola y dejando a éste en el anonimato.

Finalmente me gustaría insistir en una última idea que me parece clave para el Periodismo: la credibilidad. Saber ganarte la credibilidad es muy difícil sobre todo cuando eres un periodista tan joven. Las presiones de ciertos editores sin escrúpulos y la inocencia ante las intoxicaciones de algunas fuentes pueden conducirnos a un error que minara la confianza del lector en nosotros.

Personalmente he encontrado útil la ponencia por la cercanía con el locutor. Su juventud y a la vez contrastado éxito me hacen pensar que no necesito ser un gran magnate de la empresa ni un trotamundos para poder ganarme un nombre en el oficio. Con trabajo, dedicación y ética se puede llegar a lo más alto como ha demostrado Carlos Campos quien nos desvela que ésta es la única fórmula mágica para cualquier aspecto de la vida.

¨Una tribu africana se rió de mí por no llevar un iPhone¨

¨Mi misión era conocer el país que iba a convertirse en el centro del mundo durante los próximos meses¨. ¨La documentación eliminó mis prejuicios¨.

Recorre las entrañas de África en busca de historias que rompan con nuestras ideas sobre la cultura del continente. Esta es la forma de entender el Periodismo de Javier Brandoli quien realizó una ponencia el pasado lunes en el Centro Universitario Villanueva.

Cumpliendo el sueño de todo periodista y trabajador, ha seguido un modelo de trabajo como freelance  que consiste en ser tu propio jefe y cobrar por pieza. No sólo puede escribir sobre lo que quiera, cuando quiera y como quiera sino que además depende de su propio ingenio para subsistir. Este modelo puede ser un arma de doble filo para quienes no tengan la suerte y la destreza de encontrar noticias que poder vender a los medios pues si no escribes no comes. A pesar de ello Brandoli ha sabido adaptarse a un continente con una cultura muy diferente a la occidental pero repleta de historias. África, tan cerca geográficamente pero tan lejana por nuestra propia desinformación se convierte en el análisis de estudio favorito de nuestro periodista. Cuenta anécdotas que realmente rompen con nuestra visión de África como por ejemplo poblados que se vestían de indígenas para venderlo a los turistas. No es que aquí no lo hagamos, que también, pero ya el hecho de hacer dinero con los extranjeros más allá de las típicas imágenes de gente muriendo de inanición chocan. Nos contaba también como un integrante de la orgullosa tribu de los Simbas se reía de él por tener un móvil demasiado antiguo en comparación con su iPhone. Estas historias aquí no llegan porque no venden.

De sus historias y su trayectoria saco una doble lectura. La teoría me parece maravillosa. Poder ser tu propio jefe, contar las historias que de verdad te interesan y recorrer el mundo por sus rincones más incomunicados me parece algo de lo que de verdad uno pueda enorgullecerse. El problema que yo le veo es que para llevarlo a cabo necesitas primero una reputación para poder vender tus piezas y segundo estar dispuesto a perder dinero con ello porque la verdad es que dudo que sin financiación ajena se pueda vivir de eso. Por otro lado, la dificultad de crear un núcleo familiar estable desanima pues con 20 años quieres salir a comerte el mundo pero con 40 quizás eches de menos tener alguien que te espere en casa. Por lo demás me parece un modelo digno de elogiar y una concepción muy romántica y pura del Periodismo con la que sin duda me gustaría tener contacto en algún momento de mi carrera.  

domingo, 1 de abril de 2012

Sobre el buen periodismo y nuestra propia mediocridad

Voces autorizadas se alzan por la situación actual del periodismo. El viraje de un oficio de cuarto poder de la democracia a títeres del sistema no tiene un sólo culpable. La política, la sociedad y las empresas han ido enterrando el buen periodismo, el periodismo útil. pero lo cierto es que fuimos nosotros quienes cavamos nuestra propia tumba. Confiados de nuestra propia fuerza, malvendimos la confianza y la responsabilidad que había depositado la sociedad en nosotros a cambio de lo menos propio de esta profesión: el dinero y la fama.

Empezando por lo ahora ya no tan externo a nuestra profesión nos acercamos a las empresas y el poder. La política jugó sus cartas y nos usa como altavoz para su propia propaganda. Y más vale porque si no tu medio perderá subvenciones y tú periodista no serás publicado. También las empresas nos coartaron nuestra libertad inherente de dos maneras. Primero compraron nuestros medios dictando sobre qué y cómo debíamos informar. Las redacciones ahora se asemejan a relaciones públicas. Después, nos hicieron depender tanto de la publicidad que nos es imposible salirnos de aquello que les interesa. Gabinetes de prensa encubiertos. Finalmente, nuestro mayor aliado, al que traicionamos vendiéndonos, se convirtió en un ciudadano sin aspiraciones culturales y escéptico con la labor periodística que dejó de consumir haciéndonos depender aún más de los dos anteriores.

Pero, sin duda, los auténticos asesinos de este oficio somos nosotros. Y digo nosotros englobando en el colectivo a periodistas y rebotados. Los periodistas somos aquellos que amamos la profesión. Clamamos a nuestros compañeros por un respeto a la deontología y la ética del periodismo. Los rebotados son aquellos que acabaron aquí por falta de vocación y por ello no lo respetan. Una horda infecta que considera el periodismo un trabajo y no una forma de vida. Se dejan guiar por lo que dictan las empresas y los políticos, dan a la masa un opio informativo que nada les aporta y por supuesto no tienen escrúpulos a la hora de conseguir la información. Señalemos a aquellos que degradan la labor de los verdaderos enamorados contaminando la imagen de la que debe ser la principal herramienta de la libertad y la democracia. Periodismo si, pero hecho por periodistas.