martes, 6 de marzo de 2012

Recortados en salud

Son las nueve y media de la mañana cuando llegamos al hospital de La Paz en Madrid. La entrada, abarrotada de pacientes como cualquier hospital de la saturada sanidad pública respira las primeras horas de un día más. Nuestra presencia pasa inadvertida salvo por las miradas de unos cuantos curiosos que temen ser molestados por una manada de jóvenes armados con bolígrafo y papel. Tras ser guiados por un sinfín de pasillos, finalmente descendemos unas escaleras que parecen conducir a las entrañas del edificio que guardan todos los mecanismos invisibles al público. En estos subsuelos nos encontramos camillas desperdigadas y un entorno descuidado propio de la antigüedad de sus instalaciones.

Nuestro primer objetivo: lograr la audiencia con los máximos sindicatos posibles con sede en el hospital. Tras intentar conseguir unas declaraciones sólo dos, CCOO y CSIT, de diez deciden concedernos un hueco en su ajetreada agenda. UGT alega tener una breve reunión que coincide con la happy hour del desayuno en la cafetería de en frente. En primero lugar, entramos a Comisiones Obreras tímidos y abrumados por la magnitud de la entidad pero a la vez decepcionados con las condiciones del sitio. Nos atienden tres enfermeras con labores sindicales que se identifican como Paloma, Manuela  y María. Echamos un vistazo alrededor y, entre el desorden y la austeridad reinante, nos encontramos con un cartel de la Pasionaria, del Che Guevara y otro de Marcelino Camacho. Hasta ahí el entorno no me sorprendió. No necesitan grandes alardes, pues para eso representan y pertenecen al inframundo de toda empresa, pero sí me llamó la atención la existencia de un cenicero. Sin comentarios.

Las preguntamos acerca de los recortes que va a llevar a cabo el Gobierno y cómo puede afectarles la reforma laboral. La indignación contra el nuevo cuerpo de gobierno, menos cercano a los sindicatos, se suma a la injusticia que sienten sobre las nuevas medidas. ¨La facilidad en el despido sólo favorece a los empresarios. No crea empleo sino que lo destruye¨ nos confiesa una de ellas. Mientras tratamos de no perder ninguna de estas declaraciones ellas siguen comentando lo que consideran un abuso por parte del Partido Popular. ¨Mientras Zapatero se comió toda la responsabilidad, el nuevo gobierno trata de repartirla. No olvidemos que la reforma del PSOE fue aplaudida por el PP¨.

¨Hay mucho jefe para tan poco indio¨

Les preguntamos cómo evitarían el enorme gasto de la sanidad pública sin que ello repercuta en un empeoramiento de prestaciones para los pacientes. La solución está clara: abrir los hospitales por las tardes para evitar la saturación de los especialistas y a la vez creando todo un turno de puestos de empleo. Nos aseguran que no les importa aumentar su jornada laboral una hora y media más pues son conscientes de la situación que atraviesa el país. La otra medida que proponen es la de eliminar cargos directivos para agilizar los procesos dentro del hospital y sobre todo ahorrar en unos sueldos que se les antojan elevados e innecesarios. ¨No es necesario un jefe por cada pequeño grupo de trabajadores¨ afirman las sindicalistas. Tras darnos cuenta de que llevaban prisa y que el tema se estaba agotando nos despedimos de ellas para acudir al siguiente sindicato: el CSIT.

Nos recibe un despacho igualmente austero aunque quizás más ordenado y sin símbolos visibles más que del propio sindicato. Parece un lugar más propio de trabajo que el anterior y en esta ocasión no encontramos signo de ¨malos humos¨. El hombre que se presta a hablar con nosotros es Carlos Novo, delegado laboral, quien nos asegura que no dispone de mucho tiempo. Observamos que está agobiado y deseoso de cumplir con su labor sin por ello ser descortés con nosotros. Conscientes de su falta de tiempo y agradecidos por su amabilidad, decidimos ser rápidos y directos con nuestras preguntas para poder obtener rápidamente el máximo de información.

Ahora los enfermos permanecen menos tiempo hospitalizados

Se muestra más comprensivo con el actual gobierno que CCOO. Entiende que encontrar la solución a esta crisis es difícil y sostiene que no tenemos dinero para soportar el sistema actual. La idea está clara: crear un turno de tarde utilizando correctamente el personal pero sin recortar en la calidad del material ni en los trabajadores pues lo barato puede acabar saliendo caro. Sin embargo, lanza nuevas ideas como reducir el tiempo de hospitalización, realizar las operaciones menores en consultorios, un copago entre el paciente y la sanidad para evitar el abuso y entregar una factura, que no pagará, al paciente para concienciarle sobre lo que ha costado su proceso. 

Tras agradecerle su tiempo, y ser rechazados por los demás sindicatos, decidimos emerger a la realidad del hospital. Tras volver al bullicio, decidimos que intentar obtener información dentro del hospital puede ser ofensivo para algunos pacientes y una distracción en la labor del personal médico. Por ello, nos dirigimos a la plaza que separa los dos edificios clave del complejo: el hospital y las cafeterías.
Contactamos primero con voluntarios de AECC, Asociación Española Contra el Cáncer, quienes aseguran no notar los recortes si bien es cierto que ellos sólo son voluntarios. Paco, uno de los voluntarios, nos afirma que no nota que se queje la gente aunque es imposible pues éste era el primer mes que se hacía. María por su parte nos comenta que cuanto menos enferma está la gente más se queja de la sanidad. No queremos entretenerles más y con una sonrisa nos despiden deseándonos suerte pues la vamos a necesitar con médicos y pacientes.
El empleo por la tarde desatascará el sistema sanitario

Tras varios rechazos, y después de encontrarnos a las empleadas de Comisiones Obreras yendo a tomar un café, finalmente conseguimos unas tímidas declaraciones de María Teresa Zamora, auxiliar administrativa, quien nos asegura que están sufriendo mucho con la reforma y los recortes. Además, cree que la interminable lista de espera sólo podrá ser paliada con la creación de turnos de tarde tema en el que todos coinciden.
Volvemos del hospital con unas cuantas ideas claras. La primera es la demanda unánime de la creación de un turno de tarde para amortizar las caras instalaciones ya existentes y para desahogar la sanidad pública. También se ven muchas comodidades prescindibles de las que el Estado puede sacar fondos para llevar a cabo este plan que crearía empleo. La sanidad está colapsada, abusada y entorpecida y sólo una reforma estructural y de conciencia permitirá el beneficio del Estado, los trabajadores y los pacientes.

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